Las malas noticias están a la orden del día: ya sean medidas de ahorro, la falta de trabajo o la bancarrota: ya nada parece seguro en la pequeña isla. La rabia es cada vez mayor, frente a Alemania, a Europa, y al propio Gobierno. Los chipriotas se sienten abandonados. Sin embargo, la vida diaria continúa. Christian Uhlig con un reportaje desde la vapuleada Nicosia.