La protagonista de esta historia es una niña que odia los espejos porque no es guapa como su madre. Se parece tanto a su padre que cree que en cualquier momento también le saldrá bigote. Lo que más le gusta es escuchar detrás de las puertas y mirar por el balcón a los niños que juegan en la calle, a la que no le permiten bajar. La abuela le cuenta historias que desbordan su imaginación y la impulsan a otras fabulaciones. Algunas tienen que ver con los horrores del infierno e incluso con la posibilidad de que le salga una joroba a causa de sus pecados.
«La Mallorca que muestran estas páginas se parece poco a la actual. Los cambios acaecidos a partir de los años sesenta, con la llegada masiva de turistas, modificaron la fisonomía de la isla. Donde había algarrobos, olivos, almendros o pinos se sembraron hoteles, bloques de apartamentos, tiendas de souvenirs. Crecieron desvaríos de cemento armado. (...) Dejar constancia escrita de aquella época me ha permitido, en gran manera, recuperarla.»
Además de recrear su universo infantil, Carme Riera nos permite asomarnos a una determinada época en la que el verbo prohibir era el más usual. A través de la mirada de una niña vemos desfilar una serie de personajes ligados a tradiciones y oficios hoy desaparecidos. Tiempo de inocencia es un recorrido íntimo trenzado por recuerdos de infancia, que, como cerezas, van enlazándose para conformar también el retrato de una peculiar familia mallorquina y su entorno en los años cincuenta del siglo xx, en pleno franquismo.