Es la propia persona quien tiene la capacidad de entrar en su propio estado de hipnosis. No se puede hipnotizar a una persona si ella no quiere. A través de distintas sugestiones e imágenes, la persona por si misma, va llegando a una relajación hipnótica profunda. En el estado hipnótico, se ponen en marcha una gran cantidad de neurotransmisores que van a facilitar los cambios conductuales, emocionales, cognitivos o metabólicos necesarios para que la persona pueda adelgazar, dejar de fumar, controlar un dolor, bajar los niveles de estrés y ansiedad ante un temor, conllevar mejor una enfermedad, elevar las defensas, concentrarse en los estudios, superar un examen….etc.