Antigua Roma (en latín, Rōma) designa al Estado surgido de la expansión de la ciudad de Roma, que en su época de apogeo, llegó a abarcar desde Gran Bretaña al Desierto del Sahara y desde la Península Ibérica al Éufrates. En un principio, tras su fundación (según la tradición en 753 a. C.), Roma fue una monarquía etrusca. Más tarde (509 a. C.) fue una república latina, y en 27 a. C. se convirtió en un imperio. Al período de mayor esplendor se le conoce como pax romana, debido al relativo estado de armonía que prevaleció en las regiones que estaban bajo el dominio romano, un período de orden y prosperidad que conoció el Imperio bajo la Dinastía de los Antoninos (96-192) y, en menor medida, bajo la de los Severos (193-235). Constituye un elemento crucial del desarrollo de Occidente, y más tarde también de Oriente.