Madrid, 8 dic (EFE).- Los "patricios" se cotizan al alza, gracias al trabajo artesanal de Patricia Rosales, diseñadora de zapatos que calza a princesas y famosas. "Madonna fue la primera 'celebritie' a la que calcé, más tarde a Beyonce y a la princesa de Asturias", dice hoy a EFEstilo esta almeriense.
Patricia Rosales confecciona zapatos barrocos y exquisitos de alta costura. "Trabajo a la carta, aunque hago una colección para orientar a la clienta", explica Rosales, quien intenta construir una historia en cada uno de su modelos.
El arte del siglo XVIII, las culturas antiguas, las joyas y las divas del cine son su fuente de inspiración. "Suelo buscar un punto de misticismo en cada uno de los modelos, trabajo cada par de zapatos como si fuera una obra de arte", cuenta.
Esta diseñadora, de 30 años, trabaja mediante cita previa. Primero tiene una entrevista con la clienta, luego toma las medidas del pie en 3D y por último realiza el diseño en función de la carta de colores.
"Mis clientas aprecian que diseñe el zapato a su gusto y casi todas quieren personalizarlos, con hebillas joyas o poniendo su nombre en la suela", explica la diseñadora.
Salir a la calle con unos "patricios" cuesta a partir de mil euros, aunque teniendo en cuenta que se les puede adornar con hilos de oro, diamantes, brillantes o cualquier piedra preciosa, el precio puede subir cuando la clienta desee.
A penas, ha invertido en publicidad, su trabajo funciona por el boca a boca. "Creo que todo ha sido producto de el azar, de la suerte", dice la diseñadora.
En Madrid, cuando estaba preparando unos prototipos conoció a una princesa árabe que la introdujo en las clases privilegiadas de Oriente Próximo.
A partir de eso momento, las puertas de los palacios árabes se abren a su paso. Va de palacio en palacio y las princesas árabes le piden cuñas con plataformas alta y zapatos con cristales de swarovski. "En tan solo un ratito me pueden encargar entre diez o quince modelos", dice.
Según la diseñadora, la mujer de Arabia Saudí sabe perfectamente lo que quiere, conoce la tendencias, sin embargo, la de Emiratos Árabes prefiere que la oriente.
"Me explican lo que no quieren calzar sacando de sus vestidores cientos de pares que no les gustan, que tienen en desuso", explica.
Entre los diseños más peculiares que ha realizado ha sido un modelo con el tacón de metacrilato relleno con arena de Bali, "la playa favorita de una princesa", dice la diseñado que tarda unos sesenta días en entregar el pedido.
Hasta ahora, Rosales trabaja bajo pedido, pero este año ha decidido dar el paso de la alta costura al prêt-à-porter y hacer zapatos para un mayor público, lo que implica desarrollar un plan de expansión por el mundo con tiendas propias, además de hacer calzado masculino a media.
"Me apetece crear otro tipo de zapatos, eso sí con el mismo espíritu y el próximo marzo sacaré mi primera colección de hombre", cuenta.
Cuando ve a las princesas y las "celebrities" con sus creaciones siente una gran "satisfacción" porque las ve sonreír, lo que significa que están cómodas.
"Aparte de trabajar el confort y el diseño, trato de embellecer y estilizar el pie, el empeine y los tobillos, que en cada mujer son muy diferente", explica.
En tan solo cuatro años ha calzado a mujeres de todo el mundo. Desde aquellas primeras actrices en el Festival de Cine de Moscú hasta la princesa de Asturias, pasando por Madonna, Isabel Preysler, Beyonce, Heidi Klum Nieves Álvarez, Eva Longoria o Naomi Campbell.
"También tengo clientas en México y Venezuela, donde algunas actrices me han encargado modelos", comenta la diseñadora, cuyos zapatos son fáciles de reconocer en cualquier alfombra roja gracias a su sello personal: una perla en la cara interna del tacón.
"Los zapatos son un elemento diferenciador y aportan seguridad a la mujer", concluye. EFE
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