En una granja de la localidad australiana de Young, en Nueva Gales del Sur, donde viven 22.000 marranos, aprovechan los residuos animales para autoabastecerse en energía e incluso venderla.
El estiércol se recoge mediante unas tuberías en lo que se llama un estanque de metano, que luego es transformado en biogás.
...
http://es.euronews.net/