Cuando Robert Gupta se vio atrapado en la decisión entre una carrera como médico o como violinista, descubrió que su lugar estaba en el medio, con un arco en su mano y el sentido de justicia social en su corazón. Su conmovedora historia es la de los marginados sociales y la del poder de la terapia musical, que puede conseguir éxitos donde la medicina convencional falla.