Jerry Mander es una de las voces críticas más destacadas de cuantas se alzan actualmente contra la globalización económica y tecnológica, cuya cara oculta se esfuerza por poner de manifiesto. Su pedagógica visión adquiere un interés y un valor adicional si se tiene en cuenta que es la de alguien que ha triunfado trabajando por y desde el "sistema": no sólo es economista sino que, inicialmente, en su pasada actividad laboral, demostró ser un destacado profesional en el campo de la publicidad. Su paso "al otro lado" fue paulatino: siendo presidente y copropietario de una destacada agencia de publicidad, no dudó en disolver su negocio para crear la primera agencia de publicidad y relaciones públicas sin ánimo de lucro; posteriormente, en 1977, publicaría su primer libro, Cuatro buenas razones para eliminar la televisión, en el que defiende su pionera y atrevida posición: la necesidad de erradicar totalmente la televisión de nuestras vidas.
Desde entonces se ha revelado como uno de los más acerbos críticos de la tecnología en tanto que fuerza peligrosamente homogeneizadora y determinista al servicio de los intereses del mercantilismo. Actualmente Jerry Mander es director del Grupo de Estudios Ecológicos del Elmwood Institute de Berkeley, director del Foro Internacional sobre la Globalización y director del programa para la megatecnología y la globalización en la Fundación Deep Ecology. En uno de sus últimos libros publicados, En ausencia de lo sagrado (1995), Mander nos transmite su fascinación por los pueblos tribales. Ya en los años 60 y 70 había tomado contacto con la defensa de los intereses de las tribus de Micronesia y de los indios hopis en EEUU, encuentros que le llevaron a profundizar en su conocimiento de los grupos indígenas de todo el mundo y a luchar activamente por su derecho a la existencia. Según Mander hay unos principios básicos --extraídos de la sabiduría de estos pueblos-- que nos serían necesarios para asegurar nuestra supervivencia.