Cuando muere el esposo, al que desde niñas les enseñaron a someterse, quedan marginadas socialmente. No saben cómo sobrevivir, y muchas esperan con avidez el momento de la muerte. La sociedad de la India es especialmente dura con las viudas. Como por su fe hindú tienen prohibido volver a casarse, muchas quedan desprotegidas, sin educación, pocas habilidades y nadie que las mantenga. A pesar de que algunas familias más progresistas pasan por alto esta prohibición para volver a contraer matrimonio —que sólo se aplica a las mujeres—, la mayoría de los hindúes la respetan. Esto hace que muchas viudas deban enfrentar la opción de sufrir en silencio o tratar de arreglárselas solas. Es el caso de Kamala Devi Mukherjee, de 70 años, que trabaja en una oscura fábrica en donde confeccionan cubrecamas. Por su tarea recibe menos de un dólar diario. Y con los centavos que gana limpiando las casas de tres familias, Kamala alquila un cuarto en donde duerme en el piso.