El cubano Félix Guirola tiene una obsesión: construir bicicletas altísimas y montarlas. Ahora está trabajando en dos bicicletas de ocho y 12 metros de altura, respectivamente, con las que busca entrar en el Libro Guinness de los Récords. Su esposa se ha resignado a convivir con su afición y ahora lo acompaña en su sueño de llegar a lo más alto.