Los pioneros de lo que ya se conoce como "Delfinoterapia" fueron Horace Dobbs en Escocia y el Dr. David Nathanson en Florida. En España los primeros en emplear delfines en el tratamiento de pacientes con síndrome de Down, depresiones y autismo fueron los miembros de la Fundación Delfín Mediterráneo.
Sus trabajos en el delfinario de la Costa Brava de Girona obtuvieron resultados realmente espectaculares. Ahora en Tenerife un equipo dirigido por Marysol González Sterling está llevando a cabo nuevas experiencias. La piel como soporte de los receptores de las terminaciones nerviosas recibe las ondas emitidas por los delfines, y por los canales transmisores llegan al oído y al cerebro, realizando una estimulación selectiva, pues dentro de las emisiones acústicas de los delfines hallamos tanto sonidos audibles por el ser humano como infrasonidos. Todo esto sin soslayar la poderosa importancia del medio acuático y la particular ingravidez que nos ofrece.