El Jeque Ahmed Abdul Wahid, opositor del presidente sirio Bashar Assad, fue asesinado en un retén del ejército libanés ubicado en una zona donde los sunitas apoyan a los rebeldes sirios.
Durante los disturbios en Akkar, los manifestantes bloquearon carreteras y quemaron neumáticos, mientras que en Beirut, protestas similares dieron lugar a enfrentamientos armados con ametralladoras y granadas. La hostilidad entre miembros del Movimiento del Futuro, leales al ex Primer Ministro Saad al-Hariri, y los miembros de un partido pro-siria, dejaron un saldo de dos muertos, transformándose en los peores disturbios en Beirut desde que las luchas sectarias llevaron al Líbano al borde de la guerra civil en el año 2008.