La última afirmación de Stephen Hawking, "no es necesario invocar la intervención de Dios para encender el interruptor que haga funcionar el universo", que ha tenido una gran relevancia en la prensa inglesa, no supone en realidad una gran novedad. Ya estaba implícita en su libro anterior, Brevísima historia del tiempo, donde escribe: "Si llegáramos a descubrir una teoría completa, sería la mayor victoria de la razón humana, pues llegaríamos a entender la mente de Dios". Evidentemente, en su nuevo libro, The Grand Design, Hawking expone su Teoría del Todo, que elimina, en su opinión, toda necesidad de un "dios": nada nuevo en el pensamiento del físico inglés. Lo realmente sorprendente es que son muy pocos los que han reconocido de qué se trata realmente, es decir, una astuta y grandiosa acción de marketing que seguramente llevará al libro a ocupar la lista de los best seller del momento.