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Cuando un inspector del catastro llama inesperadamente a la puerta para pedirle papeles y permisos de los que no disponen, la primera reacción de Brunetti es la de pensar a quién conoce en el departamento oficial que pueda echarle una mano. Bruneti inicia una investigación que le arrastrará a desconocidas facetas de la vida veneciana: drogas, usura, corrupción y especulación.