El primer ministro de Israel, Binyamín Netanyahu, acusó al presidente palestino, Mahmud Abbás, de difamar e incitar contra Israel en el discurso que pronunció en la conferencia de Doha, en Qatar, sobre Jerusalén.
«Se trata de un duro discurso de incitación de quien dice que aspira a la paz», señaló un comunicado de la oficina del primer ministro, en el que Netanyahu agregó que «llegó el momento de que el liderazgo palestino deje de negar el pasado y distorsione la realidad».
«Desde hace miles de años Jerusalén es la capital eterna del pueblo judío. Jerusalén, bajo soberanía israelí, seguirá estando abierta a los creyentes de todas las religiones, y en plena libertad de culto», destacó la nota de prensa.
La reacción del primer ministro israelí siguió a la intervención del presidente palestino en la inauguración de la conferencia de Jerusalén, auspiciada por la Liga Árabe y en la que participan 350 personalidades con el fin de recabar apoyos políticos y financieros para evitar la «judaización» de la ciudad.
Abbás denunció en su comparecencia que «Israel acelera lo que considera como su último combate para tener a Jerusalén como su capital, continúa la destrucción de edificios significativos de la ciudad y sus alrededores, y construye asentamientos».
«Jerusalén permanecerá árabe en corazón, espíritu y alma, a pesar de la limpieza étnica contra los palestinos», añadió.
Fuentes palestinas de la Liga Árabe dijeron que en esta conferencia de tres días está previsto que los palestinos pidan apoyo político y financiero para hacer frente a la progresiva conversión de Jerusalén en una ciudad judía.
Frente a esas acusaciones, Netanyahu aseguró que Abbás «sabe perfectamente que sus difamaciones no tienen fundamento».
«Israel espera de quien dice aspirar a la paz que prepare a su pueblo para la coexistencia y que no propague mentiras e incitación porque así no se podrá llegar a un acuerdo», concluyó el comunicado.