Según trascendió en una audiencia de la Comisión de Inteligencia del Senado norteamericano, en la que participó el director de la CIA, David Petraeus, el director de la Inteligencia Nacional, James Clapper, y la presidenta del senado, Dianne Feinstein; el Jefe del Mossad, Tamir Pardo, habría mantenido reuniones secretas con altos funcionarios norteamericanos.
Durante la audiencia, Clapper declaró a la comisión del Senado que el avance técnico de Irán, particularmente en el enriquecimiento de uranio, refuerza sus sospechas de que Teherán tiene la capacidad científica, técnica e industrial para producir armas nucleares.
Por otra parte, Clapper agumentó que el presunto plan iraní para asesinar al embajador saudita en Washington durante el año 2011, muestra que el Gobierno iraní «desea atacar a Estados Unidos en respuesta a las acciones, reales o supuestas, que amenazan su país».
Por su parte, el presidente Shimón Peres, expresó que no se debe permitir que la «malvada» dirigencia iraní adquiera capacidad nuclear militar. Además, el mandatario israelí dijo que el programa nuclear de Irán es «un problema central nuestro y del mundo», y acusó a Irán de tratar de lograr la hegemonía regional e «incluso global».