Madrid, 4 feb (EFE).-
Hoy en la Madrid Fashion Week hemos visto un contraste total. Si TCN imprimía a su colección invernal todo un cóctel de clasicismo y comodidad, Carlos Díez sorprendía de nuevo con su vanguardismo radical, su punto de ambigüedad y su estilo provocativo, con unos diseños puramente "unisex" inspirados tal vez en los hombres del desierto.
El contraste volvía a verse entre la arriesgada apuesta de María Escoté, donde materiales como el charol unidos a luminosos estampados fueron todo un impacto visual, y la sobriedad y elegancia de las juveniles prendas de Sara Coleman, que dejó en el ambiente una relajada sensación.
Y las prendas perfectamente ponibles de María Barros, llenas de elegancia para el día y para la noche, con tules y rasos y románticos colores, hicieron también contraste con la colección que esta mañana abría la jornada y que presentada una Juncal Rivero como salida del Nueva York de los años 50. Propuestas de Maya Hansen, quien, en esta ocasión, se atrevió a fusionar sus sofisticados corsés con prendas totalmente alejadas de su línea habitual.
SEÑAL DE LOS DESFILES.
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