La mayor parte de los economistas no basan sus teorías en comportamientos reales de las personas, sino que estudian versiones idealizadas del comportamiento humano. Nuestro cerebro, sin embargo, es una auténtica “caja negra” en la que estarían algunas de las claves de cómo funciona la economía a escala global. Para explorar la toma de decisiones económicas, los investigadores estudian los cerebros de la gente mientras éstos juegan a varios ejercicios desarrollados por economistas experimentales. Estos ejercicios se centran en la confianza o el riesgo. Los investigadores, en lugar de observar el comportamiento del sujeto, usan tecnologías de la imagen (RM) para ver que zonas del cerebro están activas durante esos experimentos. Uno de los juegos es el del “ultimátum” y ha sido estudiado por el Dr. Jonathan D. Cohen, profesor de neurociencia cognitiva en la universidad de Princeton, Estados Unidos. Los resultados de este estudio han sido publicados recientemente por la revista Science.