Cuando te expones a la fama, nadie es ajeno a tu vida privada y corres el riesgo de rumores y habladurías. Y eso es lo que le ha pasado a la cantante británica, Adele, que se ha visto obligada a desmentir los rumores que apuntaban a que su novio, Simon Konecki, de 36 años, permanecía aún casado.