El futuro presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cree que la tarea será "ingrata", como la que tienen que hacer los padres que dan de comer a cuatro con el dinero de dos, pero se mostró convencido de que las "nubes desaparecerán" y tratará de que España recupere su "prestigio" y tenga un "hueco" en el mundo. Rajoy dice ser consciente de que él no ha llegado para "cosechar aplausos", sino para "resolver los problemas" y que está acostumbrado a enfrentarse a escenarios que no son precisamente de "halagos y lisonjas".