Son aves naturalmente gregarias, que han perdido gran parte de la facultad del vuelo debido a la selección artificial del ser humano. El gallo rojo salvaje vuela bien, hacia un lugar más elevado para ponerse a salvo o para huir de posibles depredadores, aunque también se le puede ver volando a ramas altas de árboles para descansar. En cambio, los domésticos casi nunca hacen uso de su facultad de vuelo, y, por eso, un ejemplo sería que las gallinas criadas en jaulas no vuelan, aunque realmente eso le podría pasar a cualquier ave encerrada toda su vida. Pero los gallos y gallinas criadas en libertad o semi-libertad vuelan a sitios elevados para pasar la noche