Pedro Calero es un valenciano que, debido a una insuficiencia renal crónica, ha recibido, en dos ocasiones, un trasplante de riñón. Su vida, antes del nuevo órgano, transcurría ligada a una máquina de hemodiálisis y condicionada, en cuanto a alimentación, a su enfermedad. Gracias al nuevo riñón, Pedro siente que la vida le ha cambiado, que vuelve a "vivir otra vez" y a sentirse "uno más".