El Gobierno italiano inició ayer los trámites para penalizar a los 'sin papeles'. El primer Consejo de Ministros de la nueva era de Silvio Berlusconi, celebrado en una Nápoles asediada por las basuras, sirvió para aprobar, entre otras medidas, un proyecto de ley que califica la inmigración clandestina de delito. Esta polémica iniciativa, que deberá pasar por el trámite del legislativo, se produce cuando aún son recientes los ataques violentos contra los gitanos rumanos.