La muerte de Osama Bin Laden, asesinado en Pakistán por las fuerzas estadounidenses, suscitó el lunes 2 de mayo reacciones entre los jefes de Estado del mundo entero. Para el presidente afgano, Hamid Karzai, el hecho de que el líder de Al Qaida haya muerto en Pakistán demuestra que las bases del terrorismo no están en Afganistán.