Los expertos en la materia consideran que cuando uno ingiere LSD experimenta un ‘viaje’ porque tiene la sensación de que se traslada de un lugar a otro. Esta experiencia se puede dividir en cuatro fases:
Fase de Subida: Entre 30 minutos y 1 hora tras tomar LSD, los colores empiezan a ensombrecerse, los objetos en movimiento dejan tras de si una estela. Incluso con los ojos cerrados se pueden tener visiones similares. Es común sudar y tener escalofríos.
Fase de Meseta: Alrededor de la segunda hora, los efectos se hacen más intensos. Aparecen visiones fantásticas y alucinaciones visuales. Parece que no estás viviendo algo real. Estás fuera de tí mismo.
Fase o Pico: El tiempo parece que se detiene y se experimenta una especie de traslación a otro mundo. Esta experiencia puede ser algo místico o, por el contrario, producir temor y miedo.
Fase de Caída o bajada: Entre 5 o 6 horas después de la toma, van desapareciendo todos los efectos