Por lo visto, la experiencia traumática de los divorcios y las depresiones desconcierta a las mujeres americanas. El papel de mujer desafiante no les ha dado sino disgustos dentro y fuera de casa, y por
eso prefieren resucitar términos que habíamos decidido dar por obsoletos, como sometimiento o cabeza de familia. En definitiva afirman que una esposa sumisa es la clave de la felicidad de la pareja. Conclusión: tenemos que desandar unos 30 años de evolución familiar.