Los cuervos son neófobos: tienen miedo a lo nuevo. En un bosque de Centroeuropa, un investigador les ponía sobre una plataforma comida para ellos. A lo largo de varias horas se acercaron a los árboles de alrededor muchos cuervos, todos miraban a la plataforma a la vez que no paraban de mirar a derecha e izquierda. Desconfiaban. No podía ser tan fácil obtener comida, desconfiaban de lo nuevo. Al cabo de mucha inseguridad alguno de ellos se acercaba andando con cautela para luego retroceder (la plataforma estaba a baja altura del suelo). Pasado aún más tiempo uno de ellos llega a coger la comida con el pico, pero la suelta rápidamente al oír algo que posiblemente es el ruído de otro cuervo andando cerca de él. Al final cogen la comida pero su neofobia se adquiere conforme maduran ya que los cuervos jóvenes son muy curiosos.