El equipo del Dr. Michael Valenzuela, ha demostrado científicamente que la cría selectiva de perros domésticos no sólo está transformando radicalmente su apariencias, sino que también está generando grandes cambios en el cerebro canino. Según los investigadores, los cerebros de muchas razas de perros de hocico corto han rotado hacia delante unos 15 grados, mientras que la región cerebral que controla el olor, ha cambiado de sitio. Las grandes variaciones en el tamaño y la forma del cráneo del perro son el resultado de más de 12.000 años de cría en busca de características funcionales y estéticas. El equipo del Dr. Michael Valenzuela utilizó imágenes obtenidas por RM para examinar los cerebros de una amplia gama de razas. Descubrieron correlaciones fuertes e independientes entre el tamaño y forma del cráneo de un perro, y la rotación del cerebro y el posicionamiento del lóbulo olfativo.