A puertas cerradas, los sindicatos y el gobierno de Bolivia iniciaron negociaciones sobre el aumento salarial, tras una jornada de protestas que concluyó con incidentes violentos. El gobierno insiste en un aumento anual del 5%, porque lo consideran real y sostenible y llegaría al 45% en lo que va de la gestión de Evo Morales, mientras las centrales obreras insisten con mayor incremento. Trabajadores de empresas privadas y esposas de policías mantienen sus huelgas de hambre. teleSUR