El virus se originó en la provincia de Guangdong en noviembre del 2002, en los primeros días de abril de 2003, el SARS comenzó a recibir una mayor atención en los medios oficiales. Sin embargo, también a principios de abril las acusaciones emergieron respecto de los casos no registrados en los hospitales militares de Pekín. Después de una intensa presión, los funcionarios chinos permitieron que funcionarios internacionales investigaran la situación. A finales de abril el gobierno chino admitió haber informado un menor número de casos que el efectivamente existente, debido a los problemas inherentes al sistema de salud. Tras haber ocultado el brote hasta que alcanzó escala internacional. Dos importantes funcionarios chinos fueron destituidos y los sistemas se están adaptando para mejorar la divulgación y control en la crisis del SARS. Desde entonces, China ha tomado un papel mucho más activo y transparente en el combate de la epidemia del SARS.