Tomar un baño caliente antes de acostarte es una excelente manera de relajar tu cuerpo y prepararte para dormir. El agua relaja y tranquiliza tu cuerpo, pero también hace descansar tu mente, lo que es fundamental para un buen descanso. Es muy importante vigilar que el agua no esté demasiado caliente ni demasiado fría, si no templada. Recientemente se ha descubierto que es el enfriamiento posterior al baño un potente inductor al sueño.