Se denominan LCE3B y LCE3C y actúan como escudos protectores sobre la piel frente a los agentes externos. Con la identificación de estos dos genes, el investigador Xavier Estivill y su equipo del programa Genes y Enfermedades del Centro de Regulación Genómica, han dado un paso muy importante para el tratamiento de la soriasis. El hecho de saber que la mayoría de las personas que sufren esta enfermedad crónica no tienen estos dos genes marca un nuevo punto de inflexión que hará posible la elaboración de fármacos más eficaces que permitan disminuir los síntomas de la soriasis.