La Dra. Blackburn y la Dra Elisa Epel, psicóloga experta en el estudio del estrés crónico colaboraron en un estudio para tratar de averiguar si el estrés afectaba a los telómeros y a la telomerasa. Ambas llevaron un estudio comparativo entre dos grupos de madres: el primero con hijos sanos y normales; el segundo, con hijos aquejados por una enfermedad crónica por largo tiempo. Luego de realizar mediciones fisiológicas y psicológicas, encontraron que las madres con hijos enfermos tenían menos telomerasa y telómeros más cortos. Por tanto, habían envejecido más luego de situación sostenida de estrés crónico. Lo impactante del estudio radica en que por primera vez se encontró evidencia de que un elemento externo al organismo (estrés crónico) podía afectar su habilidad para repararse así mismo.