Los Estados Unidos bajo la administración de George W. Bush atacan y bombardean Irak en marzo 2003. Con el falso pretexto que el dictador Saddam Hussein posee armas de destrucción masiva, los EEUU se lanzan en una guerra de conquista colonial cuya primordial finalidad es apoderarse del petróleo. Esta operación y ocupación militar no contó con la aprobación de la ONU. A los EEUU poco le ha importado las masivas protestas de ciudadanos del mundo entero así como el no respeto del derecho internacional entre las naciones.