Bocas del Toro, una provincia que poco a poco intenta resurgir de la crisis generada por las recientes protestas, enfrenta la extensión del estado de urgencia por cinco días adicionales, decretado por el Consejo de Gabinete. En medio de este panorama, la población comienza a cuantificar las enormes pérdidas, mientras persiste la incertidumbre sobre el futuro de operaciones clave como las de la empresa Chiquita Panamá.