Un intenso incendio forestal que se expandió a zonas urbanizadas ha dejado un saldo devastador en Norteamérica. Con más de 15,000 hectáreas arrasadas y 13,000 viviendas destruidas, alrededor de 130,000 personas han sido desplazadas. Las impactantes imágenes del desastre han circulado ampliamente en redes sociales. Brigadistas de Estados Unidos y Canadá trabajan incansablemente para controlar los focos activos, mientras la comunidad internacional observa con preocupación la magnitud del desastre.