El presidente ruso, Vladimir Putin, abordó una amplia gama de temas durante su reciente conferencia de prensa anual, en la que ofreció información sobre el actual conflicto en Ucrania y la economía de Rusia.
Putin se atribuyó el mérito de haber sacado a Rusia «del borde del abismo» y de haber garantizado su soberanía.
Al hablar de la situación en Siria, Putin negó cualquier fracaso de la implicación rusa, destacando el apoyo de las partes interesadas regionales a la presencia militar continuada de Rusia.
Señaló que, aunque Israel parece ser el principal beneficiario del conflicto sirio, su creciente presencia militar suscita preocupación.
En cuanto a la política estadounidense, Putin se mostró abierto al diálogo con Donald Trump y describió el reciente indulto del presidente Joe Biden a su hijo como un gesto más humano que político.
La guerra en Ucrania fue un tema dominante. Putin reiteró que Rusia está dispuesta a negociar, pero acusó a Ucrania de rechazar los compromisos.
Predijo una disminución de la voluntad ucraniana de luchar, afirmando que Rusia busca una paz a largo plazo asegurada por garantías.
En el campo de batalla, informó de cambios «espectaculares» y de avances hacia los objetivos de Rusia.
Destacando la introducción del misil hipersónico ruso Oreshnik, Putin afirmó que es invencible contra las defensas occidentales y propuso un «duelo de alta tecnología» para probar sus capacidades.
Desde el punto de vista económico, Putin reconoció que la inflación es un reto importante, pero mantuvo que la situación de Rusia sigue siendo estable a pesar de las presiones externas.
Criticó la tardía respuesta del Banco Central a la subida de precios, pero expresó su confianza en superar los obstáculos económicos preservando la estabilidad macroeconómica.
En comentarios personales, Putin admitió que los años de guerra le han pasado factura, lo que le ha llevado a «bromear menos» y «casi dejar de reír».