La zona de Avellaneda se encuentra colapsada por la gran afluencia de personas y vehículos, complicando el tránsito y la movilidad. Comerciantes y visitantes llegan desde distintas provincias para abastecerse de ropa, generando un caos vehicular que afecta incluso a los colectivos. La situación se agrava con la presencia de vendedores ambulantes, lo que dificulta aún más el paso en las calles angostas del área comercial.