Aunque haya que disfrutar de las fiestas, mantener la salud intestinal puede ayudarle a sentirse lo mejor posible durante toda la temporada.
Pequeños cambios en la dieta y la rutina de ejercicio pueden marcar una gran diferencia, asegurando que disfrutes de las fiestas al tiempo que contribuyes a tu bienestar general.
Alcohol
El alcohol puede alterar la salud intestinal al reducir las bacterias buenas y ralentizar la digestión. Para minimizar su impacto, alterne las bebidas con agua y reduzca los cócteles azucarados.
Acompañar las bebidas con aperitivos ricos en fibra, como el apio o el queso, también puede ayudar a tu microbioma.
Golosinas
Los dulces festivos, como las tartas de carne, son tentadores, pero a menudo están muy procesados. Da prioridad a los alimentos ricos en proteínas y fibra, como el pavo, para estabilizar el azúcar en sangre y alimentar las bacterias intestinales beneficiosas.
Azúcar
El exceso de azúcar puede alterar las bacterias intestinales y provocar picos de azúcar en sangre. En lugar de suprimirlo, disfrute de los dulces con cuidado, tómelos después de una comida equilibrada y comparta los postres cuando salga a cenar.
Comidas repetitivas
Las sobras de las fiestas pueden hacer que su dieta carezca de variedad. Para llenar los vacíos nutricionales, considere un suplemento simbiótico con bacterias vivas, vitamina D3 y zinc para apoyar la salud intestinal durante los períodos de mucho trabajo.
Falta de sueño
Acostarse tarde puede alterar tu intestino y las hormonas del hambre, lo que provoca antojos de alimentos azucarados. Crea una rutina que favorezca el sueño con infusiones calmantes y suplementos de magnesio antes de acostarte.
Deshidratación
La comida rica y el alcohol pueden hacer que sea fácil olvidarse de la hidratación, pero el agua es esencial para la digestión y la salud intestinal.
Empiece el día con un gran vaso de agua y procure beber agua junto con cada bebida alcohólica.
Falta de ejercicio
El movimiento favorece la digestión, reduce la hinchazón y controla el estrés. Un paseo por la mañana de Navidad o una clase de Pilates pueden ayudar a equilibrar la indulgencia con la actividad, dejándole con energía y tranquilo.