Una mujer mayor fue víctima de un engaño en el que se utilizó burundanga, una droga conocida como escopolamina, para sedarla y llevarla a su casa. El incidente ocurrió cuando la víctima se dirigía a tomar un colectivo y fue abordada por mujeres que se hicieron pasar por evangelistas. La mujer recuerda parcialmente los eventos debido al efecto de la droga, lo que resalta la necesidad de estar alerta ante este tipo de tácticas delictivas.