El reciente anuncio del Servicio Meteorológico Nacional sobre la casi desaparición del agujero de ozono ha reavivado el debate entre libertarios y progresistas. Mientras algunos cuestionan la veracidad histórica del fenómeno, expertos como Sergio Federovisky defienden su existencia con respaldo científico, destacando el papel crucial del Protocolo de Montreal en la reducción de clorofluorocarbonos. La discusión se intensifica en un contexto donde la desinformación y las teorías conspirativas desafían los consensos científicos establecidos.