Bajo el ojo atento de "El Jefe", Karina Milei, el riojano Martín Menem logró reelegir como presidente de la Cámara de Diputados. Rodeado de la juventud libertaria -línea karinista- que aplaudía en los palcos, Menem consiguió el número para continuar conduciendo la Cámara baja. Pese al malestar generalizado por la suspensión del debate del Presupuesto y el boicot oficialista a la sesión por Ficha Limpia, casi todo el recinto, directa o indirectamente, respaldó su continuidad. Solo Unión por la Patria y la izquierda se abstuvieron. El oficialismo llegó a celebrar, aliviado, antes de que comenzara el runrún de especulaciones sobre el monotema que se escuchaba en los pasillos: la detención del senador entrerriano Edgardo Kueider, aliado de La Libertad Avanza.
Los jóvenes libertarios empezaron a llegar desde temprano a los alrededores del Congreso, a la espera de colmar los palcos y celebrar, con chiflidos, aplausos y cantos, el triunfo de uno de los principales referentes de su espacio. Allí estaba Juan Boutet, conocido como "el Niño Brócoli" y toda la Juventud libertaria "oficial" de la Ciudad de Buenos Aires. Es decir, la Juventud que comanda Karina Milei y auspicia toda la familia Menem. "El Jefe" llegaría poco después para ubicarse en el palco central junto al vocero presidencial Manuel Adorni, su candidato a competir para senador por la Ciudad de Buenos Aires el año próximo. Su presencia no pasó desapercibida y, una vez comenzada la sesión preparatoria, hacia ellos se dirigieron la mayoría de los reclamos opositores: la traba del debate del Presupuesto 2025, los insultos presidenciales al Congreso, el desfinanciamiento a las universidades, entre otros.