La desaparición de María Cash es todavía uno de los casos más desconcertantes de la historia reciente de Argentina. Durante más de una década, la investigación estuvo sumida en teorías inconsistentes, denuncias falsas y pruebas insuficientes.
Sin embargo, un giro inesperado en los últimos meses llevó a la detención en la provincia de Salta de Héctor Romero, el camionero que fue la última persona en verla con vida.
El avance en la investigación comenzó con la orden del fiscal general Eduardo Villalba de revisar exhaustivamente las pruebas y testimonios del expediente. Este proceso permitió descartar miles de pistas falsas y centrarse en los acontecimientos del día de la desaparición.
Tras esto, Héctor Romero, quien había declarado en múltiples ocasiones durante los primeros años de la investigación, se convirtió nuevamente en el principal foco. Testimonios y peritajes técnicos revelaron contradicciones en su relato inicial.
Según él, había transportado a María desde la Rotonda de Trozalito hasta la gruta de la Difunta Correa. Sin embargo, un análisis detallado del trayecto concluyó que la maniobra descrita por Romero era "prácticamente imposible" debido al tiempo de frenado que requería el camión con la carga que llevaba.
Caso María Cash: contradicciones, una llamada Incriminatoria y el fin del pacto de silencio
Otro aspecto que llamó la atención de los investigadores fue cómo Romero describió a la joven. Alegó no recordar su rostro ni la parte superior de su vestimenta porque “estaba despeinada y el pelo suelto le tapaba la cara”. Sin embargo, las últimas imágenes de María la muestran con el cabello recogido, lo que contradecía su declaración.
El punto de quiebre llegó cuando Romero, al enterarse de la reapertura del caso, mantuvo una conversación telefónica con su hermano David que resultó clave. En ella, David se refirió a María con desdén, y Romero mostró preocupación por la posibilidad de ser citado nuevamente a declarar.
En un momento crucial, su hermano le sugirió que repitiera su declaración inicial, a lo que Héctor respondió: "Yo nunca dije que era ella". Más tarde, David complicó aún más la situación de su hermano al afirmar ante la Justicia “si se mandó una cagada, que se haga cargo”.