Las tragedias no cesan en el llamado hotel okupa, ubicado en el madrileño distrito de San Blas-Canillejas. Si este domingo moría desangrado en su interior un colombiano que, previamente, había sido degollado por aficionados de un equipo de fútbol rival, este lunes por la noche ha muerto una mujer, también colombiana, por inhalación de monóxido de carbono procedente de un generador de energía por combustión