Una mujer de 31 años, Ashley McGovern, abandonó a un niño de 9 años en los bosques de East Lothian, Escocia, sin comida, agua ni zapatos.
Para encubrir el acto, fingió la desaparición del pequeño, envió un mensaje a su padre y puso en marcha una operación de búsqueda masiva en la que participaron 80 agentes, helicópteros y guardacostas. 
El niño fue encontrado 24 horas después gracias a un perro que escuchó sus gritos; estaba en estado crítico, confuso, incapaz de andar, con lesiones en el abdomen y el cuello, así como graves daños cerebrales.
Los análisis de sangre revelaron la presencia de drogas y alcohol, presuntamente administrados por la propia McGovern antes del abandono.
El bebé pasó cuatro meses en el hospital y, a pesar del tratamiento, corre el riesgo de sufrir daños permanentes.
La mujer se declaró culpable de negligencia infantil, lesiones corporales graves y poner en peligro la vida, admitiendo que lo dejó en el bosque al atardecer.
La mujer, de 31 años y con un largo historial de adicción a la cocaína, ha emprendido un camino de recuperación.
Su abogado afirma: «Ha tenido una vida llena de problemas, sobre todo de drogadicción. Ha tomado medidas para resolver la situación».
Sin embargo, la gravedad de su acto, que dejó secuelas devastadoras en la víctima, sigue siendo fundamental en el proceso judicial al que se enfrenta.