Benjamín Coria es un pintor mexicano que nació al final del siglo XIX en Orizaba, Veracruz. Ingresó a la Academia San Carlos, la escuela de arte más importante de la época, donde fue alumno de grandes maestros como Antonio Fabrés, uno de los últimos pintores españoles que llegaron a la Nueva España, y compañero de grandes nombres, como Diego Rivera y José Clemente Orozco. Más adelante el veracruzano pasó 27 años en Europa, donde formó parte de dos de los movimientos pictóricos más importantes de la historia del arte: la Escuela de París y el Grupo London.
Su historia, sin embargo, permaneció en el olvido durante casi 50 años, hasta que, en 2020, un grupo de pintores y académicos italianos llegaron a México para montar una exposición de Amadeus Modigliani, uno de los últimos “pintores malditos”. Al llegar preguntaron por Benjamín, sabedores de que el mexicano había sido compañero y amigo del italiano: fue entonces cuando investigadores del Instituto Nacional de Bellas Artes comenzaron a descubrir el legado de Coria.
El acontecimiento despertó la curiosidad de expertos y familiares, al grado de que Salvador Ávila, ahijado de la única hija del pintor, se dio a la tarea de redescubrirlo de dos maneras: contar su historia y montar la exposición más grande de Benjamín Coria que haya existido, una que contiene 36 obras originales que fueron heredadas por su madrina. Esto último, tendrá lugar en Hermosillo, Sonora, el próximo 26 de noviembre.