El martes 5 de noviembre, los estadounidenses acudirán a las urnas para las elecciones presidenciales de 2024.
La demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump han protagonizado una reñida contienda, con encuestas nacionales y de estados indecisos cada vez más ajustadas a medida que se acerca el día de las elecciones.
Dados los estrechos márgenes en estados críticos, es posible que el resultado no esté claro de inmediato, lo que podría requerir recuentos y provocar un retraso en el resultado final.
Las urnas empezarán a cerrarse a las 6 pm EST y continuarán hasta la 1 am EST, con los primeros resultados de estados como Georgia y Carolina del Norte alrededor de las 7 pm.
El cierre de las urnas continuará en estados clave como Pensilvania, a las 20.00 horas, Michigan y Arizona, a las 21.00 horas, y Nevada, a las 22.00 horas.
Aunque los resultados empiecen a llegar, el resultado podría seguir siendo incierto si la contienda es reñida, y los estados indecisos podrían tardar más tiempo en comunicar los recuentos completos.
El recuento de votos seguirá un proceso estructurado, empezando por los votos del día de las elecciones, siguiendo con los votos anticipados y por correo y, por último, los votos en el extranjero.
Aunque es posible que en 2024 el recuento sea más rápido que en 2020 debido a la reducción del voto por correo, los recuentos y los recursos legales podrían prolongar la espera.
Las reñidas elecciones, especialmente en estados indecisos como Pensilvania y Georgia, podrían desencadenar recuentos automáticos o demandas judiciales, lo que aumentaría el retraso.
En 2020, los resultados no se confirmaron hasta cuatro días después, el 7 de noviembre, y el calendario de estas elecciones dependerá de lo ajustados que sean los recuentos finales.
Si alguno de los candidatos impugna el resultado, el plazo podría alargarse aún más.
Los estados deben certificar sus resultados, y cualquier disputa al respecto tendría que resolverse antes de que el Colegio Electoral se reúna el 17 de diciembre.
El recuento oficial de los votos electorales tendrá lugar el 6 de enero de 2025, cuando el Congreso se reúna en sesión conjunta.
Sin embargo, las reformas introducidas desde 2020 limitan el poder del Congreso para anular los resultados certificados de los estados y aclaran que el vicepresidente no puede rechazar los votos electorales.
A pesar de ello, ambas campañas permanecen en alerta, con posibles impugnaciones a nivel estatal y local.
En última instancia, el ganador jurará su cargo el 20 de enero de 2025, lo que supondrá la 60ª investidura presidencial.