El nuevo canciller inicia una purga en el Ministerio de Relaciones Exteriores siguiendo las directrices de Javier Milei. Se busca eliminar personal diplomático que no se alinee con la nueva orientación política del gobierno, desafiando estándares internacionales y recortando embajadas y salarios. La medida ha generado un clima de tensión y posibles juicios por despidos considerados injustificados.