En los últimos veinticuatro años, ningún equipo que ganó la primera semifinal por tres o más goles se quedó afuera. En 2000, Boca había goleado por 4 a 1 a América de México en la Bombonera y en el desquite en el estadio Azteca, los mexicanos igualaron la serie al ponerse 3 a 0. Pero un gol de cabeza de Walter Samuel desquilibró el global empatado y por 5 a 4, Boca llegó a la final ante Palmeiras en la que lograría la primera Copa Libertadores del ciclo de Carlos Bianchi. La misma situación se planteó en las semifinales de 2005 (Atlético Paranaense 3-Chivas 0), 2014 (San Lorenzo 5-Bolivar 0) y 2017 (Gremio 3-Barcelona de Guayaquil 0). Aunque los perdedores ganaron los desquites como locales, no pudieron revertir y no alcanzaron la final.