La pequeña y laboriosa localidad de Cerro Azul se dispone, con el corazón lleno de anticipación y la promesa de una cosecha generosa, a recibir este fin de semana la 34ª Fiesta Provincial del Durazno y la Producción Frutihortícola. El aire ya empieza a cargarse de esa inconfundible mezcla de expectativas y aromas locales que solo un evento de tal magnitud puede generar, mientras los colonos, curtidos por años de lucha contra los caprichos del clima, ajustan los últimos detalles. Cada año llegan más visitantes, atraídos por el rumor de que, en este rincón de Misiones, se congrega la verdadera esencia de la tierra. Gaspar Dudek, el intendente de mirada clara y palabras precisas, anunció que esta edición ha superado todas las expectativas antes de siquiera comenzar. Con más de cien puestos confirmados y expositores de toda la región dispuestos a mostrar lo mejor de su trabajo, el pueblo entero parece ensancharse para recibir a propios y extraños. Habrá desfiles llenos de colores que resonarán en las calles como ríos de alegría, espectáculos musicales que llenarán las noches de magia y una feria donde los productos locales serán los protagonistas. La Expo Agro, ese espacio reservado a los colonos, será un testimonio del esfuerzo y la nobleza de quienes cultivan la tierra, mientras las capacitaciones se presentarán como una ofrenda de saberes, con la entrega de insumos y plantines, como si de un rito ancestral se tratara. Dudek, con el aplomo de quien sabe que lo mejor aún está por venir, destacó que esta fiesta no es solo un motivo de orgullo para Cerro Azul, sino un motor que impulsa a toda la región. Aquí, el campo y la cultura se encuentran en un abrazo fecundo, y mientras el bullicio de la fiesta se eleva, las oportunidades para los productores se multiplican como las flores del durazno en primavera. Todo está listo para un fin de semana que promete dejar huella en el alma de quienes se atrevan a vivirlo.
LA